Washington, 25 abr (EFE).- Los casos de tos ferina (pertussis) en Estados Unidos han experimentado un notable aumento en 2025, con 8.485 casos reportados hasta el momento, el doble de los registrados en el mismo período del año anterior, según datos preliminares de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Este repunte no era inesperado, ya que la enfermedad suele alcanzar su pico cada dos a cinco años, y los brotes de enfermedades prevenibles por vacunación, como el sarampión y la tos ferina, están siendo atribuidos en parte a un cambio en las actitudes hacia las vacunas.
Expertos señalan que la disminución en las tasas de vacunación, especialmente entre los niños en edad escolar, está contribuyendo a estos aumentos. En 2024, las tasas de vacunación en jardines de infantes cayeron, y el número de exenciones de vacunas alcanzó niveles históricos. La Dra. Ericka Hayes, del Hospital Infantil de Filadelfia, advirtió que la actitud antivacunas está afectando la inmunidad colectiva, y destacó que la protección de inmunidad de grupo se pierde cuando las tasas de vacunación caen por debajo del 95%.
La tos ferina se transmite por vía aérea, a través de tos o estornudos, y sus síntomas son similares a los de un resfriado común, pero la tos se vuelve más grave, acompañada de un sonido característico al intentar respirar. Aunque es tratable con antibióticos, la enfermedad es especialmente peligrosa para los bebés, antes de que reciban su primera vacuna. En los últimos seis meses, se han reportado muertes por tos ferina en Luisiana y Washington, incluidos dos bebés.
El aumento de casos afecta principalmente a estados como Pensilvania y Michigan, que han registrado incrementos significativos. En Pensilvania, se han reportado 207 casos hasta ahora, y en Michigan, 516. Los expertos destacan que las tasas de vacunación varían considerablemente entre regiones, lo que crea comunidades vulnerables a enfermedades prevenibles.
La OMS y los CDC continúan recomendando la vacunación contra la tos ferina para los niños, así como dosis de refuerzo para los adultos cada 10 años. También instan a las mujeres embarazadas a recibir la vacuna para proteger a los recién nacidos. Sin embargo, el número de embarazadas que reciben esta vacuna está por debajo de lo esperado.